miércoles, 16 de julio de 2003

En Lucha número 2

El Anti-Blumberg

La reacción tiene sus reflejos. Aprovecha, agazapada, los hucos que la política le deja. Pero es miope, sólo puede ser ficaz en un corto plazo y con un máximo de energía a su disposición. Los poderes violentos "no duran", es decir, tienen el tiempo contado "desde el vamos", lo mismo las tiranías romanas que la tiranía capitalista: No pueden recusar totalmente la insumisión del pueblo, por más que asesinen a cuantos asesinen. Claro está, la cuestión es que no nos asesinen, como efectivamente vienen haciéndolo: la policía, el mercado, los medios... ¿Pero cómo hacer para que ello no ocurra? Sin duda no es un problema de "seguridad", por lo menos no en el sentido en que actualmente se le da al término, es decir en el más descarnado de los fascismos. La "seguridad" es la defensa de la Propiedad Privada, dicha propiedad es la privación de los derechos de los oprimidos, derechos éstos que no son proclamados nunca por la burguesía bienintencionada sino con fines proselitistas. Ellos son, más bien., fruto de la lucha y la fraternidad entre los trabjadores, los desocupados y desclasados de todos los tipos, en una palabra: oprimidos. La propiedad privada es principio de la opresión, quién de los que todo lo poseen no tiene las manos ensangrentadas con miles que la pierden y trabajan ( o no tienen ni siquiera trabajo) para que éstos sean dueños de lo que no les corresponde? Allí donde la abundancia sólo se inclina hacia un sector es porque existe otro sector al que esta abundancia le es arrebatada. La "seguridad" es de y para los ricos; y no de los pobres que mueren en cantidades espeluznantes, mientras cosntruyen más cárceles, ellos mismos, para ellos mismos, obligados por el hambre, la mentira y la ignominia. "Más seguridad" es el grito de la derecha que es quien secuestra con su brazo armado para que el reclamo se haga eco. Blumberg no es la excepción a la regla. Es el prototipo del burgués bienintencionado que roba a los pobres que "no sabe" que lo está haciendo, porque el sistema lo arrastra, porque nunca se dio cuenta, etc. Todos argumentos estúpidos para quienes buscan volver imbécil la conciencia del pueblo. Es un boom que a la derecha le ha durado poco, pues ha mostrado su cara (con el caso Bordón, etc.) y que no tendrá más eco que su lento acabamiento, su pudrimiento en el olvido de los infames. Mientras tanto, debemos seguir resistiendo a la ignominia, creando a partir de la fraternidad universal un mundo en el que la canalla sea abatida por completo.
Kaspar Hauser